Nunca es tarde para comenzar: Soluciones basadas en la naturaleza por las personas y el planeta

En las montañas dominicanas, bendecidas por la naturaleza con unas condiciones idóneas para el cultivo de diferentes rubros durante gran parte del año, paradójicamente compiten a pulso las riquezas de sus ecosistemas con la pobreza de sus habitantes, debido al poco acceso de estos a los servicios básicos, falta de infraestructura vial y las dificultades que enfrentan para subsistir.

Rancho Arriba Republica Dominicana. Fuente BPP

En lo alto de una de estas montañas, ubicada en Rancho Arriba San José de Ocoa, encontramos a don Atilano Báez, productor de café orgánico, quien nos cuenta que antes de tener su propia finca, trabajó durante 20 años en una empresa cafetalera.

¨Antes yo trabajaba en un camión cargando blocks a mano, un trabajo muy forzado, luego trabajé 20 años en café Samir. Ahí aprendí muchas de las cosas que se sobre producir café y ahora tengo mi propia finca¨

Francisco Atilano Báez, productor de café. Fuente BPP

República Dominicana es uno de los países de la región del caribe con mayor producción de café.  De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Agricultura, en 2018 el área cultivada de café era cercana a 75,000 hectáreas, con una producción de 18,400 toneladas métricas. Se estimó, asimismo, que en esta actividad estaban involucrados alrededor de 28,000 productores.

Planta de café. Fuente BPP

El café dominicano es reconocido por su alta calidad y cotización con buen precio en los mercados internacionales, es el principal cultivo en las zonas de montaña y se caracteriza por estar mayoritariamente en manos de pequeños productores que tienen esta actividad como fuente principal de ingresos, de hecho, es la principal actividad económica en la localidad donde vive Atilano Báez, ubicada al oeste del Parque Nacional Montaña La Humeadora.

Productor en vivero particular de plantas de café. Fuente BPP

La premisa de un sueño

Hace alrededor de 13 años, Atilano compró 3 hectáreas de tierra, con el sueño de dedicarse de manera independiente a la producción de café, y así aumentar sus ingresos.  Algo que logró a pesar de las limitaciones físicas por temas de salud.

“Yo tengo problemas de salud, tengo 5 hernias de columna, enseñé a otras personas a hacer el trabajo que hacía y tomé la decisión de emprender. Al principio fue difícil acostumbrarme a manejar mi propio presupuesto, cada 30 días cobraba mi dinero fijo, pero después me fui acostumbrando y ahora no me hace falta salario, pues la finca me deja más beneficios económicos”. 

Atilano Báez

De la mano de Atilano, trabaja también su esposa Grey Casado, quien nos cuenta los desafíos que han tenido que superar para salir adelante, y cómo los dos trabajan de la mano para mejorar su producción y lograr sus objetivos.

Atilano y Grey en su vivienda. Fuente BPP

“Tenemos 3 hijos, pero viven en la Ciudad de Santo Domingo, entonces tú sabes que él (Atilano) tiene algunos quebrantos de salud, así que yo estoy siempre cien por ciento en la finca, entre los dos sembramos el café y los guineos y todo eso, y luego también lo recolectamos”

 Grey Casado, esposa de Atilano Báez

En el país existen iniciativas impulsadas por diferentes instituciones que promueven prácticas de cultivo sostenibles que a la vez mejoren las condiciones de vida de los productores. Entre ellas está el proyecto Biodiversidad en Paisajes Productivos (BPP), una apuesta implementada por el Ministerio de Medio Ambiente a través del PNUD con fondos del GEF, que trabaja en el fomento del manejo forestal sostenible y la conservación de la biodiversidad en paisajes de montaña amenazados.

 

Para pequeños productores como Atilano, esta iniciativa representa un impulso importante para el manejo sostenible de sus sistemas productivos, ya que a través de la transferencia de conocimientos, herramientas, crédito y asistencia técnica, pueden convertir sus parcelas en modelos de eficiencia productiva y conservación de los bienes y servicios ecosistémicos.

Las crisis que nos hacen reinventarnos

En la última década las plantaciones de café han sido afectadas tanto por la severidad del hongo roya del café (Hemileia vastatrix), como por la amenaza del cambio climático, impactando en la productividad y obligando a los caficultores a renovar sus plantaciones mediante la siembra de variedades resistentes a esta devastadora plaga (IDIAF, 2013). Una de las mayores crisis se registró en el año 2015 donde los niveles de producción bajaron de 836,650 en el año 2009 a solo 218,000 quintales, lo que equivale a 74%.

Roya del café. Foto tomada de internet

Broca del café. Fuente BPP

Durante el tiempo que ha transcurrido desde que Atilano emprendió su propia producción de café, no todo ha sido color de rosa.  Atilano nos cuenta que los primeros años tenía plantas viejas y café caturra, que se enfermaron con la roya, una situación devastadora debido a las grandes pérdidas y los pocos beneficios económicos que dejaba la producción.  Desde hace 4 años, él y su esposa han estado trabajando con el acompañamiento de un técnico del Instituto Dominicano del Café (INDOCAFE), con quien han sembrado nuevas variedades de café resistentes a la roya, por lo que ahora les va mejor.

La capacitación es vital para obtener buenos resultados

Atilano ha asistido a todas las capacitaciones que ha impartido el INDOCAFE en el marco del proyecto BPP, y pone en práctica en su parcela todas las técnicas de producción sostenibles que ha aprendido en las escuelas de campo, como son: diversificación de cultivos, manejo de sombra y poda, fertilización con abono orgánico, técnicas para el control de plagas y enfermedades, rediseño de sistemas agroforestales y manejo postcosecha.  Además, recibe semanalmente la visita del técnico, para supervisar la implementación de estas buenas prácticas.

“Tengo más de 15 años trabajando en el sector cafetalero en el área Mahoma, Arroyo Manteca.  Atilano ha sido uno de los caficultores que siempre adopta todas las metodologías y tecnologías que se le sugieren, asume cada recomendación y sugerencia de la parte técnica. Es un productor muy metódico, su parcela es una parcela modelo para todos los productores de su área. Hemos incorporado una serie de tecnologías en su parcela como el manejo de plagas y enfermedades, y trampas artesanales para el control de la broca. En la parte de conservación de suelo, hemos construido zanjas o canales de desviación, así como la colocación de desperdicios y escombros provenientes del control de sombra en barreras. Hemos mantenido un sistema agroforestal sostenible.  Cuando el café no está produciendo, crecen otros cultivos en su parcela que él puede comercializar y así mantener la economía.”

Daneris Méndez, técnico del INDOCAFE

Con estas buenas prácticas que ha aplicado en su parcela, Atilano ha logrado rediseñar su finca y ampliar el área destinada a la producción, con miras a aumentar la productividad y a la vez favorecer la conservación de la biodiversidad, el agua y el suelo.

Atilano reúsa las botellas plásticas preparando las trampas para control de la broca.  Fuente BPP

Mejorando sus condiciones de vida mientras protege el medio ambiente

A parte de los beneficios económicos de la producción sostenible de café en la vida de estos productores y la de sus familiares, son innumerables los beneficios medioambientales que se originan a partir de estas prácticas.

Con la producción sostenible de café, Atilano ha sembrado otros cultivos que ayudan a dinamizar su economía tales como: guineo (banano), aguacate, cítricos (limones, naranja) así como especies maderables y otros árboles sombreadores como es el caso de la Guama, un árbol de sombra muy utilizado en plantaciones de café y cacao.  En términos ecológicos, esta especie también ayuda a la recuperación de suelos, por ser fijadora de nitrógeno, y sus hojas le proveen de otros nutrientes al descomponerse. De igual modo, ayuda también a reducir la erosión y a conservar la humedad.

Fuente BPP

Imágenes de la finca de Atilano junio 2022 (izquierda) y mayo 2023 (derecha) donde se pueden apreciar mejoras en los marcos de plantación, manejo adecuado de sombra y poda y ampliación del área destinada al sistema agroforestal. Se estima que dentro de 3 a 5 años toda esta área aumentará la cobertura forestal y protección del suelo, y además será rentable la comercialización de los cultivos asociados a la producción.

Atilano muestra su sistema agroforestal. Fuente BPP

Atilano continúa trabajando para convertirse en un gran productor y tiene la esperanza de que con este sistema de producción van a aumentar sus ingresos, lo que eventualmente se traducirá en una mejor calidad de vida para él y su familia.

“Nos va mejor ahora, tenemos un ranchito en Ocoa, y con lo que ganamos con nuestra producción hemos ido mejorando poco a poco, aún falta empañetar, tenemos planes de hacer ese trabajo y arreglarlo, y así estar más cómodos” 

Actualmente, al igual que Atilano, hay más de 400 productores en el municipio de Rancho Arriba, que están dispuestos a trabajar para mejorar sus prácticas de cultivo, y así aumentar sus ingresos, mientras contribuyen a la conservación del suelo, el agua, el bosque y la biodiversidad.